24 jul 2014

<./Null>


¿Cambiaría la vida de una persona si un pequeño recuerdo quedara impregnado en lo mas profundo de nuestras mentes luego de un sueño? ¿Qué pasaría si pudieses revivirlo y dejarlo evolucionar cuantas veces se desee?
Preguntas que hace años no tenían respuestas, y que hoy, en el supuesto futuro de aquello días, tampoco la tienen a pesar de las incontables producciones de ciencia ficción que argumentaban que teníamos la capacidad para aquello y mucho mas.

Tantos años han pasado desde que se perdió la capacidad de soñar que transformo al mundo en una sociedad inmersa en la oscuridad y el caos, llena de corazones negros, egoísmo y apego material. La persona como tal ya no es persona, salvo aquellos del Este que con sus billetes podían comprar un nuevo mundo y soñar para despertar en ellos, o al menos esos eran los rumores. La maquina era bien conocida pero pocos sabían el nombre que se le daba en el mercado negro por el que se comerciaba, Elixys.
Producto de una empresa anónima que para muchos era el resultado de la inversión de los grandes empresarios del mundo que lograba no solo regresar al sueño sino también a crear esa sociedad que supiese lo que es amar.

Ante tanta desolacion, Null era el unico interesado en luchar por lo que denominaba, la Dictadura del Sueño. Aun quedaba luz en él, debía ser la ultima chispa del Oeste, o eso pensaba hasta que conoció a Tagger.

Ambos, hombre y mujer, creyeron y confiaron el uno con el otro, codo a codo subieron montañas para no bajarlas, alzaron sus banderas de libertad ante cada descanso, dieron algo de luz en cada fuente de oscuridad y ante cada caida, el otro estaba alli para transformar el camino y continuar hacia adelante sin bajar los brazos. Generaron entre ellos un sentimiento que nunca antes habían vivido y tampoco sabían si lo irian a vivir otra vez.

En la que parecía inalcanzable cima de la frontera hacia el Norte, se encontraban ambos frente al laboratorio Elixys; Laboratorio, mina y deposito del gas que hace a Elixys la piedra filosofal de los antiguos alquimistas. La magnitud de la obra era increíble y los sistemas de seguridad parecían inundar cada rincón del territorio, nunca habían visto algo tan costoso y nunca habían dudado tanto sobre si lo que veían eran robots o humanos trabajando.
Todo era imposible, la soledad y el frió los invadió por separado a cada uno como nunca habían sentido y con lagrimas en sus ojos se fundieron en una abrazo casi de despedida. Y digo "casi"...


Sin darse cuenta, sobre el lado Este comenzaron a aparecer eco de los gritos de cientos de personas, aquellos que estaban sin rostro, ahora si los tenían y los unía una fuerza que se podía palpar con la vista sin esfuerzo alguno. La sociedad que antes estaba paralizada y divida, ahora era una sola y todos unidos estaban dispuestos a luchar por sus derechos.

Tanta era la determinación que, en la lucha y sin notarlo, de un momento al otro Null y Tagger se encontraron frente a frente con una palanca para liberar todo el gas, así todos podrían recobrar lo quitado.
Sin titubear, ambos se tomaron de las manos y juntos liberaron el gas. Con una sonrisa en sus rostros se desplomaron en el piso victimas de la locura que habían logrado completar y del hermoso recuerdo que soñarían nunca olvidar.


Suena el despertador y el sol amanece en la habitación. Null abre los pesados ojos de la mañana y al apagar el sonido que gritaba las 7 AM dejo lugar a que la música del silencio reine sobre las cuatro paredes en los que reposaba. Silencio que desapareció cuando la puerta abrió y apareció Tagger reluciente con el desayuno entre sus brazos y el amor desparramándose en el aire por su perfume.
La vida le daba otra oportunidad, este sueño era la realidad, y el otro solo un vivo recuerdo...