Desmoronandome con el tiempo, a cada segundo grito un "te amo" que se pierde en el océano. Esclavo del olvido, siendo una alma sin miedo, me encuentro en esta tierra sin dueño ni existencia.
Tierra que ningún Sol puede ver, ni ninguna Luna abrazar. Invadida por costumbre y abandonada por religión, vacía para algunos, llena para otros, pero sin valor para todos.
Como un cazador en plena guerra busco mi presa, ese tesoro que nadie puede ver ni sentir, se que aquí esta. Trepando en incontables estructuras derruidas imposibles de comprender, traspasando laberintos de caminos adversos, corriendo sobre llanuras extensas en climas inhumanos.
El cansancio se hace presente como si hubiese alguien más en esta tierra, ¿acaso es el tiempo que me acecha?. Mis piernas no dejan de corren y siento como se distorsiona todo a mi alrededor. Altas paredes se crean a mi alrededor y me encierran de a poco, trato de escapar pero no encuentro ningún rastro de luz entre tanta oscuridad. Me doy por vencido, no encontré el tesoro. Ya es hora de despertar.
Me despierto en mi habitación, todo es normal. Me miro al espejo y veo decepción en mi mirada. En otra noche lo encontrare.
No hay comentarios:
Publicar un comentario