7 jul 2015

siete del siete

El siete es mi numero de la suerte o podríamos decir mi numero favorito, la suerte es muy imperfecta y hasta caótica en su esencia.
Y hoy, siendo siete del siete, aprovecho para escribir un poco.

Quizá me siento un poco acelerado porque vengo de aprobar mi ultimo parcial en este cuatrimestre, y si bien fue un periodo muy atípico, todo marcho sobre ruedas y hasta mejor de lo esperado.
De todos modos, es algo que me gusta compartir pero no deja de ser algo que me deja en boca un sentido de narcisismo, así que prefiero expresar algunos sentimientos que fueron apareciendo en estos últimos días nada mas.

Por "recomendación", me entretuve con un libro (y posteriormente con la película) llamado "Las ventajas de ser invisible", dejo aclarado que el titulo en ingles es "The Perks of Being a Wallflower" y en español gallego "las ventajas de ser un marginado". No importa, estamos acostumbrados a eso. 
Que decir... pocas veces me sentí tan identificado con el protagonista. Obviamente no exactamente, ya que en el libro hay escenas mucho mas "fuertes" que no forman ni formaran parte de mi vida pero si lo fue, y a veces lo es, en la comparación de su pensamiento y razonamiento con los de mis días.

En sentido figurado, siempre crei que amar no era el sentido de pertenencia nuestro en el corazón de otra persona, sino el deseo de la felicidad... y la verdad es que estaba equivocado. Solamente hay distintas formas de amar y, en una de ellas, si forma parte ese sentimiento de casi obsesión y fuego interno ante cada mirada. Casi como un pecado de entrar en un choque interno entre cuanto amor uno quiere dar y cuanto uno cree merecer, pero no es malo, es un camino que hay que recorrer para sentirse protagonista de su vida.  

Son cosas que parecen pequeñas pero pensarlas te abre un poco la cabeza (creo yo) para saber diferenciar un poco lo que creemos que es ser egoista con un sentimiento y dejarnos embeber de aquella luz que nos rodea y nos hace fuertes en cada momento.

Esa luz que podemos cerrar los ojos y sentir en cada latido como un mensaje de que nunca nos va a abandonar y que cada vez que caigamos será tan tangible que nos dará la fuerza que necesitamos para seguir.

Y ahora, puedo irme a dormir y dar fe de que al escribir estas palabras... me siento infinito.

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